lunes, 9 de abril de 2012

El Vuelo a Miami

Cuando arrancó el vuelo estábamos un poco cagados je bueno Gabriela dice que no…se tambaleó un poco el avión pero después medio que te acostumbras, El piloto nos dijo que había tormenta por eso el mueve mueve…Comimos unos chicles como nos aconsejaron ya que es posta que se te tapan los oídos, pero no nos sirvió de mucho!
En lo que respecta al lugar no hay espacio ni para rascarse la pierna en los asientos, pero ta mejor q el 185 es, y por lo menos la comida estuvo bien, de todas maneras nada que envidiarle al tupper de todos los días!!
La despedida fue bastante emotiva, queremos agradecerles a todos los que nos acompañaron a nuestras familias, amigos y a Gustavo por correr 1 km para llegar a saludarnos!! Ojo, según el sudor de la camisa parecía que hubiera corrido la 10K….je
Antes de embarcar fuimos a la sala Vip, está muy bueno para pegar el garrón y comer de arriba, la única macana fue que no tuvimos mucho tiempo, por eso hicimos una especie de avalancha plancha…. en la cual arrasamos con todo a nuestro paso…..había jugo de naranja, fiambres (nos quedó tremendo olor a salame je), tartaletas de queso y jamón (Tartaleta es una definición de Gabriela Capelli). Para este episodio paupérrimo nos unimos con 3 compañeros más del grupo de viaje que también salían con destino a Miami. La gente que estaba ahí creo que estuvo por denunciarnos!!
Luego de haber disfrutado del despegue del avión, viendo a Montevideo como un mar de lucecitas de colores, sentimos que la cena vino bastante rápido. El azafato llegó hasta el final del avión, donde estamos nosotros, ofreciendo “Chcken with rice” o “Bistecs”. La elección fue bistecs claro está, porque pollo con arroz va a ser el menú durante todo asia!!! La bandejita venía bien completa: el bistec con puré, otra bandejita con ensalada de lechuga y tomate, aderezos varios, agua, galletas y pan. También había manteca y queso, y una tercer bandejita, que al principio pensamos que era manteca. Me pareció muy grande para ser manteca, pero luego llegué al razonamiento: si ya hay un paquete chiquito, no debería haber uno más grande. Luego asocié: la cuchara aún no la usamos. Y Eureka: “es el postre”. Lo abrimos y olía a dulce. Era como una especie de flancito, bien blanco, según Fabian sin gusto. A mí me gustó, y con eso terminamos la primer cena del viaje.
Ya son las 23:21 así que es hora de dormir, que mañana nos espera un día largo, de Miami y NBA.

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